El
hijo del Misti
Un día la corteza terrestre vio nacer
a un cerro llamado hijo del Misti, por estar muy cerca de su padre. El padre de
alegría expulso cenizas, vapor de agua, lava fuego. Al finalizar la cresta de
la tierra se vio mortificada, el padre había perdido en ese alborozado momento,
la parte cónica de su belleza singular. Con el transcurso de los años, la
alarma creció el misticito estaba creciendo en un lugar mal ubicado, donde
provocaría que su padre erupcione y además el Chachani pelee con el misticito,
su sobrino, para existir y como es normal su hermano el Misti saldría en
defensa de su hijo y se produciría un gran enfrentamiento y la pelea se
expandiría al Pichu Pichu y otros volcanes.

Los primeros en evitar que este siga creciendo fueron los gentiles que vivían
en las laderas del río chili, estos se abrumaron y pensaron que lo mejor sería
irse a vivir a otro lugar, pero del firmamento apareció unos objetos
brillantes, con muchas luces azuladas, verdosas, estas naves silenciosas
bajaron y se posaron muy cerca de los gentiles, de esta salieron unos
hombrecitos pequeños del tamaño de los gentiles, ellos hicieron amistad
conversaron lo necesario y ambos se despidieron a cumplir cada con su promesa. Todos
los gentiles bajaron de la superficie de la tierra varios kilómetros y así
llegaron al centro de la tierra. Ellos pronunciaron palabras mágicas con lo que
consiguieron atraer mucho oro en los bolsillos. Al regresar a sus casas
empezaron a fabricar con este mineral eslabones abiertos a su extremo, tal como
era lo convenido con aquellos, Hombrecillos. Pasaron varios meses hasta
que un atardecer todos los gentiles caminaron en dirección al Misticito y allí
se reunieron llevando sus eslabones y más noche ya habían formado una larga
cadena de oro, con lo que encadenaron al hijo del Misti con varias
vueltas.

Al finalizar esta promesa, las naves
silenciosas al ver que los gentiles habían cumplido su promesa empezaron a
lanzar desde sus naves un rayo de fuego a la tierra abriendo grietas profundas
y así fue como cortaron las raíces del Misticito. Terminando con esta promesa
ambos se despidieron y muy satisfechos. Han pasado miles de años, los
gentiles han desaparecido de la faz de la tierra, el Misticito empezó a hacer
fuerza queriendo romper la cadena, y por las noches se veía desde lejos que el
Misticito botaba leguas de fuego por la cintura y además se escuchaba de él
"voy a crecer tan grande como mi Padre". Un arriero que fue
testigo de esto, se dirigió a la ciudad a decir a todos los arequipeños, que el
Misticito tiene mucho poder y que todos de la ciudad deben evitar su
crecimiento cruzando su cuerpo con fajas de fierro, amarrándolo y así nunca
llegue a ser como su padre el Misti. Fue un padre Sabuesa quien detuvo el
crecimiento del pequeño volcán, mandando a construir unos enormes zunchos de
fierro y con ellos amarró al Misticito de tal manera que ya no pueda crecer.